Real Stories

Real Stories son las historias reales de tres Autónomos Extraordinarios: Eduardo, Lorena y Tomás.
‍
Un asesor financiero, una peluquera y el dueño de un bar. Tres emprendedores como tú que levantan cada día la persiana de su negocio sintiéndose dueños de sus propias decisiones. A pesar de las dificultades, que no son pocas.

Valientes, luchadores y currantes.

En esta primera entrega de la serie nos cuentan su historia de emprendimiento sin pelos en la lengua. 100% real. 100% tal cual.

Ver las historias

Descubre las historias completas

Eduardo,
Asesor financiero

Eduardo siempre quiso montar su propio negocio. Y lo consiguió. Vaya que si lo consiguió. Empezó con su asesoría siendo hombre orquesta, haciendo de todo y hasta la hora que hiciese falta. Con el tiempo y tanto esfuerzo logró hacerse con una cartera estable de clientes y compaginar el trabajo en casa con horas de oficina en un coworking del barrio de Malasaña en Madrid. Se define como honesto, implicado y flexible y cuando le preguntamos por su experiencia de emprendimiento asegura: “Lo mejor de ser Autónomo es tener la libertad de tomar mis propias decisiones. Lo peor es la incertidumbre”.

Lorena,
Peluquera

Después de varias décadas de profesión, entre familiares y clientas convencieron a Lorena para montar su propia peluquería. Aunque reconoce que no tiene horarios, que hay días que se queda hasta las diez de la noche y que muchas veces preferiría tener más tiempo para tirarse en el sofá a ver Netflix, Lorena no cambia el hecho de tener su propio negocio por nada del mundo. Se considera luchadora, valiente y trabajadora y si fuese presidenta del gobierno lo primero que haría sería dar más subvenciones a los Autónomos. “Para que no vayan siempre tan asfixiados”, dice.

Tomás,
Dueño de un bar

A sus 28 años Tomás ya ha tomado las riendas de su propio negocio, algo con lo que siempre había soñado. “Lo mejor de ser mi propio jefe es poder llevar a cabo todas mis aspiraciones sin que nadie me lo impida”, asegura. Se define como idealista, valiente y carismático y es un firme convencido de que con ilusión se puede sacar adelante cualquier proyecto a pesar de las trabas que existan. Como la cuota de Autónomos que Tomás eliminaría si tuviese oportunidad para acto seguido digitalizar la administración y poder ser, como él dice, “un país modelo”.